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Hoy toca un tema que llevamos mucho tiempo esperando. Vamos a hablar de ser trans, van a hablar las personas trans. Queríamos preparar este episodio con una chica y con un chico trans que nos contasen cómo es la infancia trans, la adolescencia, las dificultades de ser y de crecer en una sociedad con un fuerte rechazo hacia todo lo que no se adapta a unos moldes artificiales que niega tu existencia misma como persona trans, porque no encajas en el modelo sexo genérico que se nos enseña y se nos impone.
No hemos logrado cuadrar todas las agendas, pero contamos con Sara, seguro que nos dejará alguna cosita para reflexionar, y con suerte esta reflexión nos ayudará a abrirnos a realidades que pueden no parecerse mucho a la nuestra o, justo al contrario, quizás Sara es alguien con quien tú te identificas, una referente para ti.
Hola Sara, ¿cómo estás?
Hola cariño, gracias por invitarme, estoy encantado de estar aquí y espero que nuestros oyentes queden encantados, encantadas, encantades con esta charla.
Sí, sí que vamos a quedar. Es muy importante la presencia de personas trans en todos los espacios, porque por desgracia no está esto bien asentado, ¿no? Varios milenios de humanidad y bueno, tenemos que aprender que estáis ahí y que sois personas como cualquier otra.
Lo que en mi opinión no encaja es la clasificación cerrada tradicional que se empeña pues en encasillarnos a todas en unos moldes que no reflejan las realidades sexogenéricas humanas, es el molde, el concepto, lo que está errado, no la persona. La persona trans existe hoy y ha existido siempre.
En Navegando Cultura aportamos a la visibilización de las disidencias sexogenéricas como parte de nuestro objetivo de sumar la diversidad y de mostrar las voces, sobre todo femeninas, en todos los ámbitos y desde sus realidades, sus contextos particulares.
Así que bueno, la voz de Sara es valiosa como la de cualquier mujer, pero carga además de la opresión por ser mujer con la experiencia de la negación, con la discriminación, el rechazo social por ser trans.
Sara, bienvenida a Navegando Cultura. Háblanos de ti o de lo que te dé la gana. Empezamos.
Bueno, pues esperemos que podamos resolver esa cuestión, ¿quién soy?
Bueno, pues soy una chica de lo más corriente que por suerte o por mala suerte ha tenido que enfrentarse a ciertas cosas. Soy una mujer trans, soy activista. Yo digo que soy feminista, no digo que soy transfeminista, porque para mí no existe el feminismo si las mujeres trans. Entonces yo reivindico que soy feminista porque entiendo que el feminismo estamos incluidas todas. Y cuando no estamos incluidas todas, para mí no es feminismo. Yo no puedo dar carné ni decir quién es feminista y quién no, pero sí puedo decir lo que es feminismo y lo que no. Y el feminismo es defender derechos.
Cuando tú quieres conservar privilegios, cuando tú quieres que otras personas no tengan derechos, eso no es feminismo. Pero el problema es que aquí hablamos también de doble discriminación y de triple discriminación muchas veces porque las mujeres trans no solo tienen la discriminación por ser trans, tienen discriminación por ser mujeres. Igual que si fuera racializada tendría una discriminación por ser racializada. Al final nos siguen sumando, pero todas nos discriminan por ser mujeres. Tenemos menos derechos por ser mujeres, independiente después de otras interseccionalidades que también nos quitan derechos. Es decir, no podemos decir que por una mujer sea racializada, ya no puede estar en el colectivo feminista porque cuando la atacan es porque es racializada. O una mujer lesbiana es que no recibe el mismo machismo y patriarcado que las mujeres heterosexuales, que era lo que se decía antiguamente. Bueno, pues esto es lo mismo. Es decir, una mujer trans porque la discriminan por ser trans, también la discriminan por ser mujer, con lo cual no puede estar fuera porque entonces estás dejando a tus hermanas fuera. O estamos todas o no está ninguna.
Al final es como estas hegemónicas que hay que no es que ellas no sean feministas o ellas no tengan una historia detrás y hayan luchado por el feminismo. El problema es que cuando tú no estás defendiendo derechos no estás siendo feminista. Y lo que no vale es que como yo soy feminista porque he hecho esto, como he hecho esto, todo lo que diga es verdad. Y todo lo que diga me tenéis que seguir y hacerlo de frente y sin cuestionarlo. No, mira, hay que cuestionarse todo. El feminismo avanza. Porque el feminismo es cuestionarse.
Claro, y el problema es que lo que te dicen estas hegemónicas que vienen de otra época, con perdón, digo de otra época porque están acostumbradas a que antes las mujeres trans gritaban existimos. Y ahora las mujeres trans ya están en otro proceso, en somos mujeres de pleno derecho. Estamos aquí. No nos da miedo reivindicar que somos mujeres y que tenemos que tener los mismos derechos que cualquier otra mujer, ni más ni menos, los mismos. Que ahora de repente estas personas que veían como unas locas estaban por ahí gritando y demás en plan, a la que sí, le reían las gracias, ahora ven que están diciendo no, que me quiero sentar en la mesa contigo. Pero está loca de que va a sentarse en la mesa conmigo. Entonces que dice no, mira, yo como tengo este poder, tengo este altavoz mediático, si tú quieres que yo te apoye, tienes que pasar por el aro. Y el problema es que las que pasan por el aro al final son cómplices, con perdón, porque lo que estás haciendo es defender que no todas seamos iguales y que haya mujeres de segunda y mujeres de tercera.
Y es lo que está pasando.
Corremos el riesgo de caer en esto. No, no, es que estamos ahí ya.
Pero yo quería conocerte a ti, sabes. Que bueno, conocerte a ti también es conocer cómo piensas y tu opinión sobre todos estos temas.
Una cosa que yo creo que te caracteriza es la determinación. Una vez que tienes claro tu objetivo, vas a por él y no aceptas un no. ¿De dónde viene esta determinación?
A mí siempre me han dicho que no. Yo el no siempre lo he escuchado muchas veces. Y yo creo que llegó un punto en que dije no, mierda, con perdón. Es decir, hasta aquí.
Dijiste no.
¿Te iba a decir, pero tú sabes decir que no después de recibirlo tanto?
Bueno, pues aprendí un poquito.
Aprendí un poquito, exactamente. Pues dije hasta aquí. Y dije voy a mirar un poquito por mí, voy a ser un poquito egoísta por una vez en mi vida y voy a empezar a luchar por mí. Y ahí se acabó. Porque me dí cuenta que si no luchaba por mí, no iba a luchar nadie y que me quedaba eso o la nada. Eso o la oscuridad. Y yo creo que todo el mundo, si tiene un clavo ardiendo, se agarra a la vida totalmente. Y creo que eso es muy importante.
Qué bonito, ¿no? Bueno, qué horrible, ¿no? Que tenga que ser agarrarse a un clavo ardiendo.
No, creo que es horrible y es bonito a la vez. Es decir, que al final es que si tú consigues tener esa esperanza, que es lo último que se pierde, o yo quiero pensar que es lo último que se pierde, y poderte agarrar a ella e intentarlo y seguir y seguir trabajando en ello, yo pienso que al final todo puede mejorar.
Es una cuestión de lucha y es una cuestión de decir hasta aquí. Voy con todo. Y si no lo consigues, por lo menos, te habrás dicho lo he intentado. Y si al final acabas en oscuridad, acabas en oscuridad. Pero por lo menos no te podrás regodearte en tu oscuridad de no hice esto, no hice lo otro.
Es que están los dos riesgos. No hacer por miedo a todo. No puedes, necesitas avanzar.
Y una vez que estás en la oscuridad, ¿qué te cuesta agarrarte ese clavo ardiendo y darlo todo?
No tienes nada que perder.
No tienes nada que perder porque la oscuridad está ahí, va a estar ahí. Si no está ese año, está el siguiente.
¿Esta oscuridad y el ya no tiene nada que perder, es algo con lo que te identificas como niña, como adolescente, como mujer, todo el tiempo, o hay un momento en que cambias?
Hay un momento porque según vas ganando batallas, como yo digo, vas consiguiendo cosas, la oscuridad no es tan oscura, se va aclareando y ya tienes más puntos en los que agarrarte. Eso te ayuda en el día a día y te ayuda en siguientes luchas y siguientes batallas. Porque habrá batallas que pierdas, pero tienes que seguir y habrá batallas que pienses que has perdido y al final puedes ganarlas. Por eso son batallas, no son guerras.
Con la cosa de la lucha que ya nos da para reflexionar. Evoco por un lado a Paola, Paola Gallardo que nos contaba su violación en el segundo episodio de NC, Navegando Cultura, y nos dice que descubrir el feminismo fue crucial, fue de mucha ayuda en su proceso para superar el trauma y conocerse y tomar las riendas de su vida. Por otro lado, evoco también a las compañeras de Feminismo Masticado, que es también un podcast. Ellas preguntan a sus invitadas por su posicionamiento dentro del feminismo, con qué feminismo se identifican.
Sara, ya nos has comentado un poco al empezar este episodio y les preguntan también cómo lo descubren. Traigo aquí esta pregunta, ¿cómo descubre Sara Romero el feminismo? O si lo prefieres, ¿cómo te ayuda a ti en tu proceso de tomar las riendas de tu vida? ¿Qué significa o qué significó para ti el feminismo?
Yo siempre he defendido derechos, siempre.
Porque a ti te los negaban, pues como te viene negado, pues es una lucha que…
Pues puede ser, no lo había pensado que por ese punto… Pero puede ser.
Siempre fui una persona que no me gustaba que se aprovecharan de nadie, que siempre era la típica que mediaba, que no me gustaba que nadie abusara de nadie. Esas cosas nunca me gustaron, me gusta la justicia. Siempre me ha gustado lo que es justicia.
Porque la justicia legal es otro tema también.
Si es machista y patriarcal no es justicia. Pero bueno…
(Risas) Punto. Vamos a casa que ya acabamos. Ya está el mensaje.
A ver, son muchas cosas. Lo que pasa es que al final yo creo que simplemente me empezaron a preguntar y empecé a defender y a expresar mi opinión. Y simplemente vi que en el feminismo estaba yo incluida también.
Encajabas. Y ahora el feminismo te dice que no.
El feminismo no me dice que no. Yo pienso que hay algunas personas que están dentro del feminismo que no son feministas al 100%. Es decir, yo no digo que nadie tenga que ser feminista al 100%. Lo que sí digo es que cuando tú no estás defendiendo que yo estoy en mi espacio, no estás siendo feminista. Estás siendo, por un lado, transfóica. Porque tú estás diciendo que yo soy menos mujer por ser trans. Y estás diciendo que yo no puedo estar en ese espacio porque para ti realmente no es que, yo no soy una mujer.
Si te vas a lo que significa cuando dices que no estés en ese espacio es: tú no eres una mujer. Con lo cual estás negando quién soy.
Pero ¿cómo se define una mujer? ¿Qué es lo que define una mujer? Si es solo el sexo con el que naces y ya está, la mujer se reduce a muy poca cosa y a algo puramente físico.
Totalmente. Pero es que creo que siempre hemos defendido a las mujeres que, nuestro cuerpo, nosotros decidimos. Y ser trans no es una decisión, es quién somos. No hay peor cosa que decirle a una persona que no es quién dice ser. Le estás diciendo que es una mentirosa, que estás intentando engañar a la gente. Es no respetarte directamente ni quién eres.
Te iba a preguntar por eso porque cuando se habla de: Yo me sentí mujer siempre, toda la vida me he sentido mujer. Pero es que no es un sentir caprichoso. Es ser.
Pero es que yo no me he sentido… No es sentir, yo soy. Esto es muy fácil. Yo cuando iba a dar charlas a los colegios yo siempre les decía, cerrar los ojos, imaginaros la edad que tengáis, 16, 18, 20, me da igual la edad. Ahora os acostáis y por la mañana os despertáis y te empiezan a decir a quien se llamaba Belén, Manolo, ¿cómo estás? Y te empiezan a decir que eres un hombre. Y te empiezan a decir que tienes que comportarte como un hombre, tienes que ser un hombre porque tú eres un hombre. Entonces tú no puedes estar en espacios de mujeres porque eres un hombre.
Tú tienes que estar en espacios con hombres y al contrario, que de repente a quien se despertó mujer la empiecen a cosificar, la empiecen a decir no, tú eres una mujer, hay cariño, hay no sé qué. Empiecen a notar ese machismo y patriarcado y que nadie os cree. ¿Cómo os sentiríais? Os están diciendo que sois una mentira andante. Un día, otro día, otro día. Como si os dijeran olvidar vuestra vida, olvidar quién sois, olvidar todo vuestro ser. Y os dicen no, a partir de ahora tienes que ser Manolo y tienes que ser un hombre o tú tienes que ser Beatriz y tienes que ser una mujer. Claro, eso es lo que quieren obligarnos a las personas trans, a ser quien no somos. A vivir una mentira.
Y luego acabas mal de la cabeza y claro, no se sabe por qué.
Es que exactamente es que es eso. Llegas un día a tu casa, te ves en el espejo y dices no soy yo, no soy esa persona. ¿Por qué tengo que vivir esta mentira? ¿Por qué tengo que ser quien no soy? Esto no es un sentimiento de: Ay, hoy me siento chico, hoy me siento chica, hoy me siento no sé qué. No, esto es quién eres.
Mira, había un meme o había una fotografía que le preguntan ¿qué es, niño o niña? Y le responde no lo sé, aún no ha nacido para preguntarle. Tiene que hablar quién es esa persona. Porque sabes que siempre utilizan las personas transfobas el tema de la biología. Siempre dicen no mujeres biológicas. Todos los expertos dicen que eso no es verdad, que hay más cosas aparte del tema de genitales. Porque si no, por ejemplo, las personas intersexuales ¿qué pasa? Una mujer intersexual no es una mujer. ¿Por qué? Porque a lo mejor genera más testosterona que la mayoría de mujeres. No puede ser por eso.
Volvemos a cómo se define una mujer. Si una mujer es alguien que nace con lo que a mí me parece que es una vulva, pues ya está, es que no hay nada más que discutir.
Pero resulta que después no, porque mira que tiene poco pecho, que no sé qué, eso es seguro… tiene más testosterona.
Sí, nunca es lo que tiene que ser.
Al final entras dentro de ese canon y demás y entonces no hay problema. Pero como no entras dentro del canon tienes un problema. Y eso es lo que no puede ser. Una mujer es una mujer y punto.
Como dijo Simon de Beauvoir, mujer no se nace, se llega a serlo. Una señora cis del siglo pasado que ya lo tenía bien clarito.
(Risas) Pues puede ser. No lo voy a discutir.
Volviendo a ti, Sara, comentabas que no es un sentir, que es un ser, es quién eres y ya está. Hay un momento en que…
Mira, te voy a contestar porque es lo que me vas a preguntar. Yo siempre he sido Sara. Que a mí la sociedad no me haya reconocido como Sara no es mi problema, es el problema de la sociedad. Vamos a entenderlo así de esta manera. Yo no era X y de repente un día dije soy Sara. No, yo siempre he sido Sara.
No hay un momento en el que te das cuenta.
No. Simplemente que un día sabes lo que es ser una persona trans y sabes que eres trans.
Claro, eso es lo que aprendes, que tienes un hombre que existe, que no está solo en tu cabeza.
Que no estás loca, que no eres la única del mundo que le pasa. Porque tú al principio piensas que eres tú sola del mundo, que eres tú, que estás equivocada, que estás perdida porque estás loca. Estás loca porque te están llamando de una forma, te están tratando de una forma y que tú no eres esa persona.
A mí me fascinaba mucho cuando me decían, no, es que tú como hiciste la transición tarde, no tuviste la presión, no sufriste el machismo y el patrarchado de la sociedad en ti. Y yo, mentira. Porque yo toda esa información, todo eso lo recibía igual. Por ejemplo, yo salía de casa y salía con miedo. Venía por la noche y tenía que andar mirando para atrás cada dos por tres porque yo tenía miedo. Porque yo cuando estaba por la calle no tengo espejos delante. Y yo era Sara y era una chica de noche y tenía miedo porque me había inculcado que yo tenía que tener miedo. Que me podía pasar cualquier cosa. Porque con lo que te bombardea la sociedad no se enfoca en el violador, no se enfoca en el agresor. Se enfoca en nosotras, en las víctimas. Por la noche no puedes ir sola. Si vas sola ten cuidado porque te van a violar, porque te van a hacer algo, porque no sé qué, porque te van a matar, etcétera, etcétera.
Como ya se ha dicho en esta casa, fue la manzana. La culpa es de la manzana.
Así de claro. Pues yo, de pequeña, tenía miedo. ¿Por qué? Porque a mí me da igual cómo me viera la gente.
Yo era Sara y yo tenía miedo porque me habían inculcado que tenía que tener miedo. Porque me podía pasar cualquier cosa. Que después me viera al espejo y viera otra cosa es totalmente diferente.
Ese es otro choque que tiene esto. Todos los días encontrarte con que… Pero ¿por qué el espejo hace esto? ¿Qué le he hecho yo?
Y aparte, imaginarse lo que es vivir día a día mintiéndote una y otra vez. Tener que vivir una mentira otro día y otro día y otro día y otro día. Dime, ¿cuánto podrías aguantar una mentira? A todo el mundo. Gente que te conoce y la gente que te encuentras y la gente que vas a conocer y una mentira y una mentira y una mentira.
Creo que ahí además es que hay un doble juego desde lo cultural. Porque como tú eres una mujer, pues tomas para ti las cosas de ser mujer pues como tener miedo porque tú eres una mujer. Pero a la vez la sociedad te está presionando para que te comportes como un varón. Y tú no llores y tú tienes que ser fuerte y no puedes saltar a la comba porque tienes que estar jugando con coches. Si te gusta la muñeca, mal. Porque los niños no juegan con muñecas y yo te percibo como un varón. Por lo tanto tú eres un varón. No te voy a preguntar para qué voy a preguntarte.
Totalmente.
[19:114] Marta:
Entonces esto de que no estás sufriendo la presión patriarcal, pues no sé, la sufres doble porque la tienes de los dos lados.
Sí, exactamente. Yo, por ejemplo, yo soy jugadora de fútbol federada y yo ahora puedo jugar al fútbol, un deporte que me gusta. Y antes no podía porque aunque era un deporte que me gustaba, todo era un problema para mí. Ir a un vestuario, tener que cambiarme allí. Todo eso era una presión social. Todo momento tenía miedo de que descubrieran qué hacía una chica ahí. Estaba con miedo de que notaran algo extraño, algo raro, porque yo no debería estar ahí. Y aparte, imagínate el pudor que yo tenía a tenerme que desnudar allí, delante de esa gente. Porque para mí yo no debía estar allí.
Sería ideal que el cuerpo no fuese importante y que cada una pueda ser feliz consigo misma sin tener que mirarse a un espejo. Que el espejo sea lo último que pueda importar. Pero la realidad es que tienes esa presión. Y porque la gente me perciba así y yo también me percibo de una manera, que luego me dicen que es otra, es como si una fuese dos personas. Pero no, no hay un problema de desdoblamiento o un trastorno de identidad. No, tú eres una persona y lo tienes muy claro, pero no te permiten serlo. Hay una presión tremenda para que no lo tengas claro. Y en ese contexto en el que se te exige desde fuera que seas de una manera y tú desde dentro te percibes de otra, se hace muy importante transicionar. Y que tu cuerpo se corresponda con el género binario tradicional en el que tú te percibes. Esto no es un capricho. Esto es una necesidad que ojalá no fuera u ojalá no importase. Pero es que sí que es importante.
¿Qué significó para ti o cómo decides que tienes que transicionar?
No lo decides. Porque es eso o morirte.
Jesús, es que he dicho así.
Es la realidad. Yo llegué el día que era o transicionaba o me mataba.
Todo eso por presión desde fuera y desde dentro. Porque el lío mental que debes de tener tú también es tremendo.
Este mundo te está diciendo que tú no eres válida para él porque no eres tú. Te están diciendo… Tú como persona imagínate que vas por la calle, tú eh. Vas por la calle y te dicen: Tú no eres quien dices ser. Estás mintiendo. Todo el tiempo. No puedes estar en este espacio. Tú eres lo que yo digo y tienes que hacer lo que yo te digo. Porque lo que tú dices que eres es mentira. Y así todos los días. En todo lo que haces. Te cuestionan en todo.
Y cada vez que haces algo es intrusismo. Porque tú no deberías de estar aquí. Porque tú te estás aprovechando. Porque tú tienes unas características físicas que ya superas todo y lo haces todo por avaricia. Lo haces todo porque quieres ganar medallas de no sé qué. O quieres tener privilegios. O lo quieres tener todo. O quieres dominar todo. O quieres decidir todo. Pero tú mientes. Eres lo peor que puede haber en el mundo porque no eres ni persona. Y eso diario de todos los sitios.
Cuando empecé a transicionar, cuando tenía que enseñar el DNI, tenía que ir explicando quién era a todas las personas. Y cada persona tenía que decidir si me creía o no. Era un juicio de personas que no conocía de nada cada vez que a lo mejor pagaba con tarjeta o cualquier cosa para si aceptaban mi versión o no de quién era.
Pero es así como está puesto todo. Yo cuando fui al registro civil a mí no me trataron como Sara. Y yo entregaba los papeles. Y yo tenía todo. E iba con una chica, una compañera mía, que también además era trans, casi le salta al tío. Yo no, ella. Porque estaba hasta las narices. Oye, mira, por favor, tratará de ella, por lo menos. Importa más lo que ves en ese DNI que lo que veías físicamente. Es decir, yo iba como vestido, tal, tal. ¿Por qué? ¿Por qué importaba más? Por tus prejuicios.
Al final es, tú no eres quien dices ser. Es que en todos los lados es, no eres tú, mientes. Estás mintiendo. Es decir, ¿cómo voy a sentarme en una mesa con personas que no respetan quién soy? Que dicen que yo no merezco estar en los espacios de mujeres porque dicen realmente que no soy una mujer. ¿Cómo voy a sentar en una mesa si lo primero que me están diciendo ya antes de sentarme es que estoy mintiendo? Que soy una mentirosa y que estoy incluso en un sitio, un espacio que no debería de estar. ¿Cómo me voy a sentar ahí a hablar si diga lo que diga? Ya estoy en inferioridad.
Es que ya te han negado antes.
Claro, es decir, ellas están un escalón por encima mía. Ya soy una ciudadana de tercera porque de primeras ya no se me respeta quién soy. A todas las mujeres se les respeta que son mujeres. Se les respeta que son ellas. Sin embargo, a las mujeres trans se les quiere cuestionar diciendo que no son mujeres cuando se dice que una mujer trans no puede estar en este espacio, no puede estar en el otro, no puede hacer esto, no puede hacer lo otro, no puede decidir, no puede tal. Lo que está realmente diciendo en el fondo es, no es una mujer. Y que alguien me discuta lo contrario porque se le cae el castillo de naipes.
Ah, pero es que tampoco te van a aceptar como hombre. Si tú ahora te presentas como Sara y alguien dice no, tú no eres una mujer porque eres trans, ¿vale? Pero es que tampoco te van a aceptar como hombre. ¿Entonces qué? ¿Dónde encajas? ¿Dónde te ponemos?
Lo que dicen desde el machismo y el patriarcado es que nosotros somos otra cosa. Las mujeres trans y tal, es todo uno. Somos como un ente. Las personas trans somos como un ente galáctico que ha llegado aquí para invadir la Tierra.
¿Cómo que llegado? No existís, ojo.
El señor Feijóo es lo que piensa.
No vas a entrar ahí. ¿Vas a entrar ahí?
(Risas) No, no quiero entrar. No quiero entrar porque ya de…
Eso se queda para otro episodio.
Otro día cuando hablemos de política, hablamos de las idiosincrasias del planeta.
Bueno, tengo aquí unas preguntitas que eran para ti y para Gabriel. Pasan las preguntas por temas de atención, desde la administración, que acabas de contarnos ya un caso. Voy a coger dos de estas preguntas ahora y reservo las otras para un episodio ya con Gabriel. Por eso de tener diferentes perspectivas, porque es la transición de una mujer, es la transición de un hombre y es también la situación en España y la situación en Guatemala. Entonces, me parece que va a ser muy interesante ese episodio.
Bueno, y estas preguntas vienen de dos chiques del grupo de Telegram de El Podcast Gordo. Una de ellas, Cris, nos dice que le gustaría saber más sobre la relación que tenéis con vuestros cuerpos y cómo vuestros cuerpos os definen y os permiten tener vuestra identidad bien construida. Creo que ya nos has respondido en la parte de cuando falta esa identidad, cuando esa relación no funciona antes de la transición. Pero, ¿qué pasa después?
Pues después de la transición, depende mucho a que hayas transitado. Por ejemplo, yo me alegro mucho por los menores de edad porque no sufren lo mismo que hemos sufrido nosotras, las que hemos tardado más en transitar. Porque han tenido un proceso de menos mentira, han vivido más tiempo como son ellas mismas. Con lo cual, es muy fácil que haya menos traumas, es muy fácil que todo fluya.
Cuando un menor de edad te dice quién es y lo animas, lo cuidas, lo respetas y le ayudas en el camino que tenga que caminar, porque va a ser un camino duro, que no es un camino de rosas. Si ve esa ayuda, ve ese apoyo, no va a tener ningún problema, ningún déficit a la hora de relacionarse, porque va a tener sus amigas, va a tener su infancia. Yo no tuve una infancia. Va a ser una persona con infancia. No es lo mismo una persona con infancia a otra persona sin ella. Es totalmente diferente. Por eso es tan importante mostrarles respeto y amor a los menores, para que puedan decir libremente quiénes son. Soy un chico, soy una chica, soy una persona no binaria, que lo puedan decir sin miedo a que sean superjuzgadas, malinterpretadas, a que sean castigadas, porque al final eso les ayudará a que tengan un futuro mejor, que se dediquen a estudiar.
Se van a construir como personas un camino mucho más fácil dentro de todas las dificultades de todo el mundo.
Es que yo cuando estudiaba, iba al colegio, iba al instituto, iba a todo a sobrevivir. Y los menores de edad pueden ir a estudiar, que es lo que tienen que hacer. Lo que pasa es que reciben odio de padres a menores y demás. Que después pasa lo que pasa. Que si no quieren charlas LGTBI, porque si es un lobby o no sé qué rollo.
Al final todas estas historias. Vamos a ver, ¿cómo vamos a querer que se respete a las personas si desde el Estado no se respeta? Es decir, no se dice que hay que respetar a un menor que no tiene prejuicios, el mensaje que le está llegando es que el Estado no me está diciendo que no, el Estado ve que está prejuiciando a la gente y no pasa nada. Y no me dice lo contrario. Yo solo escucho una versión, pues me vale y ya está. No tienen por qué buscar otras versiones. Si no se las das, no la van a buscar en la mayoría de casos.
Por eso estás tú aquí también, para hablar.
Por eso estoy yo aquí. Tienes que involucrarte, porque si no eres parte cómplice.
Por ejemplo, cuando en Buzz Lightyear se besan dos chicas, ¡ay Dios mío qué problema! Que este es el lobby LGTBI. Ahora, toda la vida viendo parejas besarse en el cine de niños, que si el Aladín, que si el otro, que si el de la moto, no pasa absolutamente nada. Ahí no hay lobby ni hay nada. Ahora, como son dos chicas en una pelicula, un beso, un momento, pero ¿cómo hacen eso? Es que no tienen por qué enseñar eso. Es que ahora van a salir todas lesbianas. Es que no sé qué. A ver, mira, por Dios, por Dios, que lesbianas hay ya y antes no había nada de eso en la tele. Por favor.
Es que lo presentas en plan que es tan ridículo, pero es que es así de ridículo.
¡Es qué es ridículo! ¡Es qué es ridículo! Por favor.
Te lo digo en serio. Es que es así. Pero a ver, yo lo exagero, es verdad, pero es que lo exagero porque es que es para exagerarlo. Es que es verdad.
Pero es que no es tan exagerado al final. Exageras la manera en que lo expresas, pero no el hecho en sí.
No en el hecho en sí, es que el hecho en sí es así. El hecho es que se prohibió, se querían eliminar esa escena. Estamos hablando de una escena de un beso entre dos mujeres, ni más ni menos, que tenían un bebé en común. Que no sé si era más problemático que eran dos mujeres que tenían su propia familia con un bebé en común o que eran dos mujeres besándose. No sé cuál era el problema más grande dependiendo de la cabeza de cada uno y de los prejuicios de cada uno, ¿no? Entonces, a ver, ¿qué estamos, de broma aquí?
Mira, había visto un tuit de una persona que decía, acabo de ir al cine y en la película una pareja del mismo sexo se besaba, había llevado a mis hijos y, claro, me preguntaron, papá, ¿y eso? Y ponía en el tuit, no sabía que responderle, en plan todo indignado.
Y eso, pues nada, es el amor.
La próxima vez miraré la edad o no sé qué, o miraré antes la película para que no me vuelva a suceder. Y había una respuesta muy buena, en plan, vamos a ver, pues lo hubieras dicho simplemente, es una pareja que se quiere.
Sí, pues como mamá y papá y ya está.
Punto. O lo que sea. Exactamente, porque a lo mejor, es que ese niño no tenía ningún perjuicio, es simplemente que a lo mejor nunca había visto a una pareja, pero tú se lo estás metiendo porque estás diciendo que eso es algo raro. Pues es una pareja que se quiere igual que yo y mamá, y punto. Porque hay parejas que son dos hombres, dos mujeres o poliamorosas o lo que sea.
Es todo un tema de derechos, que hay gente con privilegios que tiene miedo a perderlos. Hay gente que tiene un problema.
Y a veces de respeto básico. A veces es tan simple como respetar a los demás y que cada uno haga lo que tenga que hacer mientras no se metan.
El problema es que estas personas sobre todo tienen miedo a, no, no me eduques a mi hijo porque a mi hija la educo yo, porque los valores se los inculcan en casa. No, mira, vamos a ver, estamos en una sociedad cívica que en teoría queremos ser una mejor sociedad en el futuro, con lo cual hay cosas que vamos avanzando. Igual que antes empezaba una guerra por casi todo, ahora intentamos que no haya una guerra por casi todo, aunque por desgracia sigue pasando.
Bueno, o no la vemos exactamente.
Otra cosa que plantean estas chicas del podcast Gordo, esta es Silvia y dice ¿cómo creen que se debería abordar el tema en las escuelas, con talleres, llevar a gente trans a que cuente su experiencia o incluir ejercicios y libros que incluyan personas trans para normalizar? ¿Cómo podemos hacer esto? ¿Qué cosas podemos hacer?
Sí, con total normalidad. Mira, cuando dibujas una pareja en un libro de texto, también puedes escribir dos mujeres y un bebé, o dos hombres y un bebé, una mujer con un bebé, un hombre con un bebé solos, familias monoparentales o familias numerosas, es decir, incluirlas a todas, no solo mostrar una pareja heterosexual con un hijo.
Las propuestas de Silvia las aprobamos todas, no elijas entre una u otra, combina y aplica un poco todo.
Exactamente, es decir, lo que se pide cuando se expresa en igualdad o cuando haya también temas sexuales. ¿Ahora cuando los jóvenes quieren saber de temas sexuales, qué tienen? El porno y tienen muy fácil acceso a internet. Estamos hablando del tema, por ejemplo, de Francia, una campaña contra el acoso, influyendo en las mujeres otra vez, es decir, en las víctimas, diciendo que si no llevemos escote, que si no llevemos minifalda, estamos de broma, volvemos atrás.
Es que no están tratando el acoso, están tratando otra cosa.
Estamos tratando otra cosa. Mira, no está en el minisai, no está en el pantalón, está en la mente del machista, la provocación. Entonces, de qué estamos hablando aquí. Yo estoy en Francia y sale eso y voy a la calle y vamos, le quemo un contenedor allí en frente al ayuntamiento si hace falta, o al Congreso.
(Risas) Atentando contra las cosas.
Pero a ver, es en serio, es que es reirse de la gente.
No, a ver, el contenedor era una forma de hablar, que no, que me refiero… Pero hay que hacer algo, es decir, lo que no puede ser es que se rían de una. Con la bromita de vamos a votar aquí, que no pasa nada, vamos a votar a este, que risas, que risas, jajaja, al final pasa lo que pasa. Y después volver atrás es muy complicado, porque el odio se esparce muy fácil, porque es un discurso muy simple y es un discurso que cala, porque al final lo que estás diciendo es, tu problema es este colectivo o esta persona que es minoritario, y si lo atacamos se soluciona, y es mucho más fácil que el resto, porque decir a la gente que tus problemas no son tuyos, son de otras personas, es aliviador. Oye, te compro el discurso, te lo compro. Después no piensas en las consecuencias, pero tú has sido complice.
No, claro, es que desde el momento en el que no haces nada te callas, miras a otro lado, estás participando de lo que está ocurriendo.
Estás participando. Tú has sido cómplice y después si pasa cualquier cosa, esas vidas también son tu responsabilidad.
Que es algo que no pensamos, qué buena puntualización.
Y cómo te des cuenta de eso, a ver cómo vives cada día, porque yo no podría.
Yo creo que hay personas que no ven eso.
Exactamente, no ven eso, pero si un día tuvieran esa empatía de, hostia, que yo voté esto y está pasando esto, ¿qué he hecho?
Yo creo que va a haber siempre ahí el círculo de excusas de yo voté, pero yo no votaba esto, yo votaba otra cosa. A mí me engañaron, no fui yo quien no cuestioné, que no investigué, que no pregunté, que no mire más. No, es que me engañaron.
Hay que intentar ser un poco críticas y empezando por una misma.
Totalmente. Mira lo que ha pasado ahora con este asesinato aquí en Hoy. Un guardia civil, estamos hablando de alguien que debería protegernos. Asesina a su ex mujer y después se suicida el tío. O sea, yo siempre digo, ¿por qué no se suicidan antes?
Suicídate tú y ya está, claro.
Ya está. Es que, ¿qué tienes que matar a nadie? Y aún por encima, lo habían soltado hace un mes. Tenía orden de alejamiento. ¿Cómo vamos a parar esto? Esto lo vamos a parar en las escuelas. El día de que haya una educación de que es violación, que es acoso, unas sexólogas, gente titulada, que tenga sus cursos de derechos, de LGTBI, de todos los derechos, porque todas las personas somos iguales y tenemos que tener los mismos derechos, porque la Constitución, aunque hay gente que no lo entienda, hay gente que le cuesta, hace tiempo que la Constitución dice que todos los ciudadanos y ciudadanas de este país tienen los mismos derechos, independientemente de su sexo, su raza, su orientación sexual, etcétera.
(Risas) Es que no está claro, es ambiguo.
No está claro. No está claro para quién no quiere. Para otras cosas está claro. Entonces, vamos a ver. Yo lo que digo es que tiene que haber en las escuelas… Fíjate qué cosas digo. Desde que son pequeños, es decir, desde primaria, desde parbulitos, en la universidad también, ir a charlas, no una horita al curso. No, no, no. A lo mejor una horita a la semana. Esto es acoso. Esto es violación. Las relaciones sanas son esto. Esto, esto, esto es tóxico. Andar vigilando el móvil de tu pareja es tóxico. Si te anda pidiendo explicaciones todo el rato es tóxico. Si te anda mirando dónde estás en cada momento y vigilándote yendo detrás de ti es tóxico. Es acoso. Tienes que denunciarlo. Tú tienes que saber que estás haciendo mal.
Pero esta gente no lo sabe. No lo sabe porque lo que ve es porno. Y lo que ve son tíos que se creen dioses, que entran por una puerta, ¡ala! Y todas se abren de piernas. Y es lo que ven. Y que hacen que se resisten y que no sé qué y que ja ja ja. Es que yo pensé que decía que no porque quería decir sí.
No, solo sí es sí. Si no hay sí es un no.
Si no hay sí, nada. Pues eso es lo que hay que enseñar en las escuelas. Pero hay problemas por todo. Hay problemas por todo porque estamos intentando manipular a las infancias. Tú fíjate con qué idea tan maquiavélica que es que todas las personas se respeten y que todas las personas tengan los mismos derechos. ¡Qué idea más loca!
¡Dios mío! ¿Pero cómo se me ocurre esta idea mía?
¿A dónde vas tú con el respeto? ¿No ves que esto atenta contra el status quo y los privilegios?
¡Dios mío! No, no puede ser.
(Risas) Vamos a tacharte de la lista ya, eh. Que vas por ahí respetando a la gente. Pero bueno.
(Toses y ruidos) Son los GEOS que están detrás de la puerta, creo que me van a llevar. Es la realidad. Es la realidad. Tanto cuesta de verdad eso, es decir, ¿a qué tienes miedo?. Cuando eres feminista, yo creo que crías a tus hijas, intentas criarlas en un espacio feminista, que sepan lo que hay, que son libres de hacer lo que quieran, pero que sepan lo que puede pasar, lo que no, lo que hay y ahí fuera.
Mi hija tiene 14 años. Desde siempre empecé a hablar con el tema de los tocamientos, que no la tocaran, que tiene que tener sus espacios. Si tuviera relaciones algún día, pues usará condón, etcétera, etcétera. Pues todo eso, hay padres y madres que no le enseñan a sus hijas o a sus hijos. No hablan con sus hijos en plan, esto es acoso, esto es violación, no hagas esto, esto está mal. Trata a las mujeres con respeto, nunca hagas esto, nunca hagas lo otro y demás. Siempre metemos la presión en ellas.
Que es totalmente erróneo.
Y es totalmente erróneo. Porque al final, quien está cometiendo el delito es la agresión. Son ellos. Y las campañas tienen que ser contra ellos, no contra ellas.
Antes tampoco había mucha opción, ¿no? La imposición era tan grande, tan fuerte, tan inmersa en la cultura, ¿no? Que esto solo podía arreglarse desde las casas, ¿no? Las mujeres no estábamos en el espacio público para llamar la atención sobre estos problemas. Esta educación en estos temas se hacía con mucho disimulo, porque bueno, hay cosas de las que no se puede hablar en público. Había y hay mujeres que tienen un convencimiento por la presión cultural de que efectivamente es tu culpa, de que la buena mujer viste de una cierta manera, se comporta de una cierta manera, no está en ciertos espacios, etcétera.
Por eso hablábamos antes de evolución, de que la sociedad avanza.
Claro, las cosas cambian.
Las personas que estamos luchando por derechos, no luchamos por los derechos de hoy, luchamos para que el día de mañana nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros bisnietos, llega una generación que pueda disfrutar de un mundo, de una sociedad donde no haya discriminación, donde sean libres. Y esa es la idea.
Mira, Beauvoir, que comentabas antes, decía que los derechos de las mujeres, yo siempre digo, y de los colectivos minoritarios, hay que estar vigilantes porque son los primeros que quitan. Son derechos que hay que luchar por ellos, que hemos conseguido y que vamos consiguiendo pasito a pasito, pero no son derechos que estén ahí absolutos, como son los privilegios y los derechos de un hombre.
¿Mira el aborto en Estados Unidos ayer?
Ayer, exactamente. El aborto era un derecho que estaba conseguido en Estados Unidos. Y de repente, con una legislatura de Trump, pues resulta que un derecho como el aborto a las mujeres fuera.
Lo que viene con eso. Que ahora mismo hay leyes en Florida y demás donde te pueden quitar la custodia de tus hijos si apoyas a un hijo trans. Te quitan la custodia de tu hijo.
¿Cómo se come esto? Porque es que no…
No puedes tener menores trans. Porque si tú tienes un menor trans, no sé qué le vas a hacer para quitarselo de la cabeza. A lo mejor lo tienes que matar, ¿no? Es que hay padres y madres que prefieren matar a sus hijos por ser trans. El mensaje que escuchan de fuera es que es una decisión, es un sentimiento, es un tal… Entonces se piensan que es un capricho del niño. Entonces prefieren echarlo de casa, prefieren no volver a saber nada más de ese niño, niña o niñe, antes de respetarlo. Porque lo que no entienden es que son. No es una decisión, no es un sentir. Es que ellos son así. Ese niño es un niño, esa niña es una niña y ese niñe es un niñe. Y por mucho que le intentes decir hasta aquí, no. ¿Y por qué antes a lo mejor aguantábamos más? Y aguantábamos hasta más adelante. Porque era otra sociedad.
Claro, claro, la situación cambia mucho.
Todavía te falta tiempo a ti para entender por qué.
Por eso le dije, en mi época, las mujeres trans gritaban para decir ¡Existimos! Y ahora estamos aquí para decir ¡Somos mujeres de pleno derecho! Y nos lleven por delante, nos quemen por brujas o lo que sea, tenemos que decir hasta aquí. Y no nos vamos a mover. Y preferimos morir a perder esos derechos. Preferimos morir a no ser tratadas como mujeres de pleno derecho, como mujeres igual a otras mujeres, independientemente de que sean cis, trans, racializadas o no.
Ya está, ya podemos irnos. Así cerramos el programa hoy.
Las oyentes no te ven, pero yo sí. Creo que en la voz van a percibir que es pasión.
Sí que es verdad. Y está bien serlo. Bueno, creo que en realidad quedan muchos temas para tratar.
Sí, mira, queda el tema de las sentencias que crearon jurisprudencia. Por ejemplo, de una de esas sentencias, que es por el tema de la operación, el tema de que antes derivaban a Málaga, yo la lucha para no ir a Málaga, en Vigo sigue intentando mandar a Málaga. Málaga no es un hospital de referencia respecto a las personas trans, por todas las denuncias que había, porque la directora era transfoba. Allí había gente que quedaba loca, loca de quererse morir, porque quedaba sin sentir. No sentía nada. Quedaba a lo mejor con una profundidad de 3 centímetros. No podía hacer nada. Se hacían sus necesidades encima. De lo mal que quedaban. Es decir, era una carnicería, y la gente desesperada se iba allí a operar, porque era el único sitio donde pagaban, y tú no te podías permitir una operación para pagar.
Yo conseguí que me la pagaran en Mañero, en clínica privada. Porque entendía que aunque el Sergas me quería mandar a Málaga, Málaga ya no era hospital de referencia, y que a mí me tenían que mandar a un sitio con un mínimo de garantías. Que hicieron un mínimo de operaciones al año, y que esas operaciones fueran exitosas. Tener un mínimo de garantía de que esa operación va a salir bien. Pero como para cualquier otra operación. Y al final en esa sentencia, que crea jurisprudencia, es decir, cualquier persona que vaya a reclamar a la seguridad social, la tienen que derivar a un médico competente. Que haya un porcentaje bastante alto de que no hubiera complicaciones. Aunque sea público, que oye, pues mira, ha operado a 100 personas, 90 han quedado bien, imagínate. Pero aparte te pone esa sentencia que es urgente, es de vida o muerte. Porque lo que te dice la sentencia es que aunque no es una operación de vida o muerte en sí misma, sí lo es, por todo lo que conlleva.
Claro, para ti es urgente y puede ser de vida o muerte. Tú puedes suicidarte antes de que ocurra. Porque hay muchos suicidios entre la población trans.
Con que propiamente dicho, no es como un ataque al corazón que es de vida o muerte, sí es urgente de vida o muerte, porque para las personas trans sí lo es.
Claro, hay que subrayarlo.
Sí, es importante. Y aparte, no todas las personas trans necesitan operarse. Esto depende de cada una. Porque hay muchas transiciones y todas son válidas. Cada una hace lo que necesita. Yo ojalá no tuviera que hacer todo lo que hice. Yo hice todo lo que hice porque sentía que tenía que hacerlo por mí, no por los demás. Para estar a gusto conmigo misma. Yo soy feliz con todo lo que he hecho.
Que quede clarísimo. Pero hay gente que no lo necesita, que a lo mejor no tiene un problema con su cuerpo. Y me parece estupendo. Ojalá todo el mundo no tuviera ese problema. Yo ojalá no hubiera tenido ese problema en ese momento. Yo me operé porque no estaba bien. No me sentía a gusto conmigo misma.
Es que no había coherencia entre lo que percibes desde dentro, lo que tienes desde fuera. Es inconsistente.
Hay gente que no lo necesita y es totalmente válido. Y son iguales de mujeres que yo. Independientemente de la transición, una mujer trans es una mujer. Y punto Independientemente de cómo decida hacer su transición y de lo que tenga entre las piernas. Para las personas que sí necesitamos esa operación, es vida o muerte. No es para todas las personas tras, es para las personas tras que la necesitamos.
Es que si no hace falta, ya la propia persona no la pide.
Exactamente. Porque siempre a través de la propia persona quien la tiene que pedir. Y ya está. Y entonces a mí me pagaron toda esa operación. Y a partir de ahí empezaron a enviar a una clínica privada de Barcelona, que es una semipublica de Mañero, porque al final no llegaron a acuerdo con Mañero. Porque Mañero quería cobrar la operación antes de hacerla. Y el Sergas quería pagar después de la operación. No llegaban a un acuerdo.
Y tú mientras esperando ahí.
Claro. Bueno, yo en mi caso pedí un préstamo para pagar esa operación.
Sí. Porque era eso, era vida o muerte. Es decir, lo necesitaba sí o sí. Teniendo esa derivación, teniendo que discutir todo en el juzgado, es decir, teniendo que reclamar todo. Y después de haberla pagado, conseguí que en el juzgado, se crean que yo tenía derecho a esa operación. ¿Y qué es más? Que no valen los silencios administrativos. Cuando te derivan para esta operación, como es urgente, como es de vida o muerte, tú le tienes que dar un plazo razonable a la persona y decirle en qué proceso está el plazo. No le puedes decir, está ahí. O no sabemos cuándo te vas a operar. No, es de aquí a tres meses tienes la operación. No puedes dejarla en standby. Y eso se lo remarca la sentencia.
Es una sentencia del Tribunal Supremo que crea jurisprudencia. Es decir, se puede utilizar para cualquiera que reclame. Porque, por ejemplo, como está pasando en Vigo, que quieren operarte en Málaga, que quieren derivarte a Málaga, cuando ya no es hospital de referencia y no tiene las mismas garantías, el Sergas no dice, mira, las operaciones son en Barna Clinic y os doy tanto dinero para las operaciones. No. El Sergas lo que le dijo a los hospitales fue, bueno, del dinero que os doy, sacad vosotros lo que queráis para estas operaciones. Y si queréis arreglar con Barna Clinic, Hay este acuerdo para adheriros.
O sea, que ellos deciden lo que destinan a todo esto.
Lo que destinan y lo que quieren gastar y el tema de operaciones y demás. Que después pasa, como pasa en Vigo, que tienes una persona que a lo mejor piensa que las personas trans no tenemos derechos, como le decía a mi amiga en Asturias, que le preguntaron, ¿tú te operarías si no sintieras? Y dijo ella, no. Entonces tú no eres trans porque no te quieres operar sin sentir. Eres una viciosa, en plan, porque quieres sentir placer.
Perdona, a ver, ¿qué estamos de coña? Como eres una mujer trans no tienes que sentir placer. Porque no. Porque lo digo yo, aún por encima que te hago un agujero. Te hago un agujero y aunque no sientas nada, tienes un agujero y me tienes que dar las gracias de por vida. Yo te lo voy a dejar feo y te vas a aguantar porque a mí me da la gana. Es como las transfobas diciendo que nos mutilamos. No, mira, perdona, yo siento placer. Y estoy en cansa de placer que siento con mi vulva que tengo y la amo. No tengo comparación con lo que tenía en ese sentido. A mí me reconstruyeron mi vulva y es maravillosa. No es mutilación de nada. No hay ni miembro fantasma, ni tonterías así que le dicen, ni tonterías de nada.
Miembro fantasma, yo eso no lo había oído.
Sí, bueno, es que te dicen que…
¿Cómo cuando pierdes una mano?
Sí, en plan, tonterías. Yo no tengo memoria porque mi cerebro bloqueó todo eso. Es que para mí yo he nacido con vulva.
Claro, tú es que te veías ya mujer y para ti era importante que se reflejase así en tu cuerpo.
Para mí era importante. Y yo la veo como mía de toda la vida. No la veo como que me la he operado y me la he puesto ahí en ese sentido. Que es lo que quiero que quede muy remarcado también. Creo que lo hablábamos antes de decir yo porque lo necesitaba y yo porque lo siento así. No todas las mujeres trans lo necesitan ni tienen por qué hacerlo ni nadie son igual de mujeres que yo.
A mí me fastidia un montón cuando hablan de mutilación. Porque me están diciendo que lo mío es algo mutilado y no es algo mutilado, es mi órgano genital y es femenino porque soy mujer y estoy encantada. Y lo paso genial.
Las que hablan de mutilación, si te quitan un riñón porque está malito o lo que sea, ¿lo consideran una mutilación también o no?
Supongo que también. O no, en ese caso no, porque solo es para las personas trans este tipo de argumentos extremistas. La mutilación de verdad genital es la que sufren muchas niñas.
Que todavía existe, que esto no es una cosa que esté del pasado.
Que todavía existe, que está por ahí. Exactamente, que hay que denunciar. Entonces es como decir que eso está mal pero que mutilen a una mujer trans sí porque bastante tiene con que le hagan el agujero. Porque es un agujero y punto. No, mira, no. Estamos hablando de un órgano que es muy delicado. Si tú le preguntas a un cirujano, vale, te va a decir que es un artista. Porque cada vulva es única. Cada cirujano tiene su técnica, y esto es muy complicado porque claro, no es, ahora, te corto y ya está. No, no es eso. Es volver a colocar todo para que sea acorde a ti. No mutilan nada. Lo único que hacen es reconstruir nervios y todo simplemente con otra forma. Y es fantástico. Tú sabes lo que es de repente sentir algo que es nuevo pero que lo controlas. Como si lo hubieras tenido toda la maldita vida.
¡Qué maravilla! ¡Vaya aventura!
¿Sabes cómo me escojonaba cuando de repente apretaba, soltaba, empujaba, no sé qué?
¡Y mira todo lo que puede hacer!
¡Yo me partía! ¡Yo en plan! ¡Va, va, va! Controlaba todo. Bueno, sigo controlando, pero apretaba y ya no salía nada. De repente expulsaba. De repente, ¿sabes? ¡Controlaba todo!
Tiene que ser una aventura todo eso. La aventura que las mujeres cis pasamos por ella, pues yo qué sé, con las etapas de conocer tu cuerpo y todo esto, a ti te viene todo cuando ya eres una mujer adulta.
Es que lo controlas todo, lo sientes todo como si hubiera nacido con ello. Era maravilloso, por eso te digo. Para mí nací así.
Es que es parte de ti y lo es.
Es parte de mí, exactamente. Entonces, estas operaciones son muy importantes. Por eso son de vida o muerte.
Esto me lleva otra vez a la pregunta de Cris, ¿no? Sobre cómo es la relación con tu cuerpo. Pues nada, querida Cris, es súper íntima, como la tuya o la mía.
Siento placer, tengo orgasmos. Lubrico, es decir...
Está todo funcional, todo perfecto, aquí no hay nada raro.
Todo funciona, exactamente, no hay nada raro. Entonces, no entiendo muchas veces cuando hablan así, hablan sin saber, sabes, sin conocimiento y hacen daño.
Perjudica a la visión social de lo trans, que claro, para una mujer cis, bueno, podemos intentar empatizar y entender cómo se siente, pero es que no hay nada parecido para nosotras. Entonces, puede ser difícil. También, por eso hay que esforzarse, ¿no?
Pues en mi mente, me parece que esto es como una reconciliación con tu cuerpo, ¿no? La transición facilita una reconciliación con tu cuerpo.
Podrías decir que, antes de la transición, tú lo que estás rechazando es un cuerpo que no es tuyo.
No es mío, es que no es mío.
Es tu cuerpo que te rechaza a ti porque no está. ¿Dónde está mi cuerpo?
Exactamente. Es decir, mi mente y mi cuerpo no eran uno, por decirlo de alguna manera. Es como si tú de repente mañana llega y te despiertas en el cuerpo de tu marido. Te miras al espejo y dices, este cuerpo no es el mío, hostia. Y al día siguiente lo mismo, es que este cuerpo no es el mío, es que este cuerpo no es el mío y no te sientes a gusto porque no te sientes a gusto con un cuerpo que no es el tuyo. Era algo que no sentía mío, no lo quería, era como… ¿Por qué está ahí? ¿Sabes? Pero hay otras mujeres trans que no les pasa. Yo me vi al espejo y decía, no, no quiero esto. Por eso yo tuve que hacer estas operaciones para estar bien, para estar a gusto con mi cuerpo, para poder estar en mi día a día, ser una madre, tener un trabajo, para tener mi vida estable, etcétera, etcétera.
[51:4] Marta:
¿Tienes o has tenido complejitos, Sara?
Sí, siempre, siempre, nada, complejos tengo igual.
Y no se puede comparar con este rechazo, ¿no?
No, no se puede comparar. Yo tengo mis complejos de gordura, tengo mis complejos de…
De gordura, pero si tú estás…
Sí, sí, yo siempre tengo, de autoestima también tengo bastantes complejos, aunque parece que aquí que no.
Parece que no. Voy a decirle a las oyentes que tú hablas con esta mujer y se la ve así como un desparpajo, un poderío, un todo, pero luego resulta que tiene ahí cositas.
Sí, tengo, tengo bastantes taras. A ver, pero es normal. Yo no tuve infancia. Bueno, tuve infancia pero bastante mala. Yo no tuve apoyo familiar.
¡Qué horror! ¿Perdiste gente por el camino?
Muchísima, muchísima gente. Yo perdí todo. Mira, la única vez que pensé en mí fue en aquel momento que dije hasta aquí, o me mato o hago la transición, porque no podía vivir un día más.
¿Y tuviste algún apoyo en ese momento?
¿Alguien, si no la familia, amigos?
No. Fui perdiendo, paulatinamenete, a todo, todo, todo, todo, todo el mundo según daba pasos. No me encontré muy sola en ese sentido.
En esta situación sola, tomas la decisión de transicionar, de no rendirte. ¿Qué motiva que des este paso? ¿Cuál es el aliciente definitivo?
Tengo una hija. Yo quería cuidar a mi hija. Yo quería tratar a… ¿Qué lección le estaba dando a mi hija al final? Pues luchar por mis sueños. Yo al final me peleé por mis sueños.
Me gusta este mensaje para cerrar el episodio. Pelear por aquello en lo que crees. Soy una mujer y como tal quiero verme y que me vean.
Quiero ser yo y quiero ser feliz. Mi sueño es ser feliz. Vale, mi sueño es ser feliz.
Mi sueño es ser feliz. No es nuevo en este espacio. Aspiramos a ser felices.
Este vuelve a ser un episodio doble que continuará en el mes de octubre si no hay sorpresas.
Soy Marta Vidal. Estás escuchando NC, Navegando Cultura. Un Femi Podcast donde hablamos de lo que nos da la gana.
La invitada es Sara Romero, activista feminista por los derechos de las mujeres en general, del colectivo LGBTIQA en particular y referente trans. Desde su lucha personal ha conseguido sentencias que crean jurisprudencia para la protección de otras personas. Sara está creando futuro.
Ayúdanos a que su historia llegue a más personas. Habla de NC. Comenta en redes y en tu plataforma de podcast. Comparte, suscríbete. Visita la web, navegandocultura.com. Encuéntranos en Telegram, en el grupo Navegando Cultura o contacta en privado con la usuaria @NavegaCultura o la usuaria @MartaTRV. Si no usas Telegram, estoy preferentemente en Twitter @MartaTRVidal. También en Instagram como @NavegaCultura. Tenemos página en Facebook. También puedes contactar por WhatsApp al teléfono (consulta el número de teléfono)
Respeta a las demás. Defiende tus derechos y los suyos.
Hasta la próxima.
[…] el episodio 26 conocimos a Sara, una mujer trans. Nos habló un poco de sí y, más aún, de su sentir político, […]