Bienvenida a Navegando Cultura. Soy Marta Vidal y este es, con suerte y esperanza, el episodio 34. Como te dije, Navegando Cultura vuelve a surcar cielos y mares. En esta ocasión traigo a otra compañera española. Española y de Galicia. Ella es Isabel Veiga López. Las dos estamos ahora en Reino Unido y fue en espacios virtuales, de escritura en concreto, donde yo me reencontré pero Isabel me identificó por primera vez. Bueno, os pasaré un enlace a la web de Isabel. ¿Isabel o Isa?
Como quieras, me da lo mismo. Lo que te sea más cómodo.
Yo te conocí como la Isa, con la, la Isa. Sí, porque fue así como de terceras. Pero bueno, que yo había ya pasado por tu web antes. Y noté que decías, no, no estoy en Londres, me pasa lo mismo.
Es muy común. Llegar a España y que te digan, ¿qué tal en Londres? No lo sé bien, supongo.
Bueno, esto va a ser un encuentro un poco extraño porque vamos a hablar de tus novelas, pero yo no las he leído.
Vale, cuelgo ya entonces.
Bueno, vamos a ser un poco originales en esto, porque tu entrevistadora no sabe qué preguntas tiene que hacerte. ¿Me acabarás vendiendo la novela o acabaremos simplemente charlando sobre ellas? ¿Qué va a pasar aquí?
No lo sé, pero se me está ocurriendo algo que me parece muy bien, porque si tienes que leer algo por obligación, porque quieres entrevistar a alguien,
Mal. No lo leería por obligación. Las temáticas me interesan. Sí, o sea, yo es algo que leería, pero tengo este lapso que, bueno, ya sabes, que ni escribo, ni leo, ni hago nada. Y pues no es mi momento, no puedo.
Prefiero que me digas eso, no lo he leído, a que me digas o me hagas preguntas un poco por obligación y que las novelas se te hayan atragantado. Por haber tenido un límite de tiempo para leerlas, por haberte visto obligada. Entonces, no, no. Hablamos como escritora-lectora y las cosas hay que leerlas cuando hay que leerlas y cuando uno siente la necesidad de leerlas. Y ya está.
Isabel Veiga López, bienvenida a Navegando Cultura.
Muchas gracias por invitarme.
Y a ti por venir, por la paciencia de estas historias técnicas. Estamos de experimentación también. Plataforma nueva, no sabemos qué va a pasar. Quería empezar un poco con tu biografía, para que las oyentes te conozcan. Queremos saber quién es Isa, la Isa, o Isabel, o María Isabel.
No, no, no. El María fuera.
Entiendo, entiendo. Todas éramos Marías. En España todas éramos Marías. Tenía que ser así.
El María no me representa. De hecho, me he planteado quitarlo oficialmente porque es un rollo y en Inglaterra da muchos más problemas porque aquí la gente da por sentado de que se te llama por el primer nombre entonces me ha pasado en trabajos que me llamen María y yo no hacer caso porque no me identifico con el María tengo que explicarles que en España pues puede ser el primero o el segundo. Entonces no, María, no.
Que a veces también en los formularios no pueden registrar dos apellidos tampoco. No se sabe lo que es nombre, lo que es apellido. Es muy lioso. Yo también tengo dos nombres. El nombre artístico o el nombre público es el primer nombre y el segundo apellido. Yo llevo el apellido de la familia de mi madre. Pero vamos a hablar de ti. Eres educadora como madre y profesionalmente también. Eres motera, aventurera. ¡Eres escritora! Y también, bueno, pues eso, eres madre, eres hija, eres nieta, eres sobrina, y yo te quise un poquito aquí en especial, en este momento, porque eres abuela.
Porque yo estoy un poco homenajeando a mi abuela y a mi abuelo. Entonces quiero que todo sea de abuelas y de abuelos.
Y de personas mayores también, en general. Que no hay que olvidarse que no todas las personas mayores son abuelas y no todas las abuelas o abuelos son mayores. Hay abuelas jóvenes también. Tus novelas tienen personas mayores, aunque hay otras temáticas que también son de mi interés y mis inquietudes, de las que a ver si nos cuentas o no. A ver qué pasa.
Bueno, digo yo que si venimos a hablar de lo que salga con la excusa de recordar y reivindicar el papel, el rol social y la importancia social en la sociedad de las abuelas, los abuelos, les abueles, y a considerar la existencia en sí, a considerar en el sentido de tener en cuenta y reconocer y ver a las personas mayores, pues yo creo que no podemos omitir la pregunta que te voy a hacer ahora. Como abuela, ¿hay algo que te diferencie de tus otras Yos, de las otras Isabeles?
Pues yo creo que la Isabel Abuela tiene más experiencia y más paciencia que la Isabel Madre tuvo en su momento, por ejemplo. Y claro, es que es como tú dices, hay diferentes parcelas. A veces es muy difícil separar unas de otras. Porque la Isabel abuela, cuando está con el nieto, también es la Isabel escritora. Entonces, a través de mí, está cogiendo el boli, está escribiendo, se pone en un teclado.
La moto no la tengo aquí, entonces, de momento... Pero la... Por ejemplo, mi primer regalo a él fue un libro de Gloria Fuertes. Claro, qué mejor para un niño, sobre todo que no nace en España, que un libro de poemas infantiles de Gloria Fuertes.
Que no nace en España, de familia española.
Sí, sí, sí, sí. De familia española, pero él ha nacido aquí. Entonces, es mi manera de decirle que nuestro legado cultural, que en este caso es el idioma, entre otras cosas, va a seguir perteneciendo y a través de ese idioma irán también los cuentos, las historias, las leyendas, todo lo que ello conlleva.
Sí. De hecho, hay cosas que se dicen más fácil en un idioma que en otro, y muchas veces ni siquiera hay una traducción literal. No existe este concepto o no se usa. Hay diferencias culturales, incluso en culturas tan próximas.
Hace poco hablaba con mi grupo de escritores de aquí que el idioma dice mucho de cómo un país afronta la vida y de su punto de vista. Las expresiones que tenemos, la manera de usar el lenguaje, es la manera en la que nosotros enfocamos la vida y la forma de salir adelante. Por eso quienes vivimos, bueno, en este caso nosotras en el Reino Unido, pero mucha otra gente en otros países, adopta palabras que no sabe traducir a su propio idioma. Entonces yo, por ejemplo, hay una de las palabras que tú vas a reconocer, que es "rude", que a veces te dicen... ¿Y cómo dices eso en español? Dices... Es que depende del momento. Puede ser mal educado, puede ser... No sé, muchas cosas. Y por eso a veces acabamos incorporando palabras de otros idiomas en nuestras frases. Cosa que a mí no me gusta hacer. Pero que a veces una palabra en otro idioma representa exactamente lo que tú quieres expresar y que tu idioma todavía no tiene.
Mira, un posible conflicto entre la escritora y la abuela. La abuela puede querer utilizar una palabra que va a hacer más fácil el entendimiento y la escritora va a decir que no, que hay una en español.
Aquí seguimos hablando en español en casa.
Sí, sí, aunque el niño, lógicamente, a nivel social, fuera de casa, se defiende en inglés y, de hecho, él habla en inglés, nosotros no dejamos de hablarle en español, porque es lo que he dicho antes, es que es el legado, es su herencia, son sus raíces. El idioma es así de importante, claro. Al menos yo lo veo de esa manera, sí, sí. Entonces el niño a lo mejor me dice, yellow, y yo le digo, muy bien, amarillo. Y él me entiende perfectamente, y si yo le digo, coge el patito amarillo, él sabe lo que le estoy diciendo. No necesito irme a su terreno, ni él necesita venirse al mío. Él se expresará como a él le sea más cómodo, y yo como sea más cómoda, siempre y cuando nos podamos entender.
¿Te supone...? Bueno, yo no tenía pensado que hablásemos de idiomas, pero es un tema que también me gusta. ¿Te supone esfuerzo responderle en español cuando él te está hablando en inglés? Especialmente cuando son pequeñitos y les cuesta entender.
Normalmente no. Tiendo, bueno, todos en casa tendemos a hablarle en español. Siempre hay algún momento en el que si ves que en español no te entiende, pues se lo puedes decir en inglés e inmediatamente decírselo en español. ¿Vale? Es como si yo le digo car, coche. Le digo las dos opciones para que las vaya aprendiendo. No espero que él me lo repita. Y aquí estoy hablando como educadora también.
Claro, porque eres educadora, pero ¿de quiénes y qué especialidad?
Soy educadora de niños con necesidades especiales. Trabajo en un colegio de primaria y estoy dentro de la clase, pero me ocupo únicamente de un niño y, bueno, lógicamente de los que están alrededor, pero mi trabajo es ocuparme de ese niño en concreto. Y hay veces que los niños que están a mi alrededor, pues también son niños extranjeros que están aprendiendo el idioma, o niños, como me ha pasado, que los padres son de otro país, pero en su casa solo hablan inglés, entonces le reñido a los padres también.
Las profes están para reñir a todo el mundo, ¿no?
Sí, sí, a todo el mundo. Claro, la parte educadora es muy difícil también dejarla aparte. Seas escritora, seas motera, seas lo que seas, siempre sale. Entonces, con mi nieto, pues me sale también el saber cuándo tengo que dejarle solo, aunque no esté haciendo las cosas como yo quiero, porque todavía tiene dos años y tiene que aprender a hacerlas. Y en otras cosas, pues saber cuándo hay que intervenir, cómo hay que guiarle. Y en el tema del idioma, pues lo habíamos hablado antes de que él naciera y de decirle se le va a hablar en español. En inglés, tiene todo el país para hablar en inglés y lo va a aprender mejor que si se lo hablo yo en casa. Entonces, pues él ahí está siendo bilingüe.
Qué bueno, bilingüe de verdad. Es que a mi sobrina le habla mucho en inglés, porque es difícil a veces. Cuando le cuesta, luego ya se siente un precedente y ya.
Que también tienen sus etapas, que a veces están por la labor de aprender, pero otras veces es, no, mira, esfórzate tú, que para eso eres la persona adulta y que sabe más, pues hala, demuéstralo. Es el proceso, ¿no? La moto dijiste que no la tenías aquí. Cuando vas a España, ¡saca la moto!
Las motos, porque está la de mi marido y la mía. Están guardadas en casa de un amigo. No están usables ahora mismo porque están guardadas. Siempre te hace falta el seguro y todas esas cosas. En alguna ocasión, años atrás, nos han prestado moto y se ha organizado alguna ruta motera para ir todos juntos. Hace ya tiempo que no. Es curioso porque como emigrante, que tengo que pasar mucho tiempo aquí, he querido desligarme un poquito de eso para que no me doliese tanto estar sin la moto y sin el mundo que rodea la moto.
Claro, no es solo el hobby de yo me pongo en dos ruedas y salgo, es todo lo que está alrededor, es el ambiente, la gente, todo. La cultura motera.
Sí, sí, sí. Entonces sí, seguimos quedando con los amigos moteros, pero sin las motos. No pasa nada, ya te digo, es algo que en algún momento me tuve que plantear y decir cada vez que veo una moto se me va la cabeza y esto tiene que parar porque duele un poquito. Entonces vamos a ir quitando cosas que duelen y vamos a centrarnos en el presente y lo demás ya lo disfrutaré cada vez que voy a España.
Si al final te vuelves para allá, ya puedes ser la superabuela motera.
Sí, sí, volvería a serlo otra vez. Antes era la educadora motera. Cuando daba clases en los centros cívicos en Coruña y tenía clases de niños, cuando salía de clase siempre tenía que subir algún niño a la moto porque estaban todos expectantes a ver cómo arrancaba, cómo me iba, entonces antes de eso pues montarles y enseñarles un poquito algunos truquitos.
Ves, ya eras abuela, dando la parte esa de consentirlos y mimarlos. Siempre has estado ahí. Sí. Cuando estaba revisando tu web, me gustó mucho una cosa que dices. Bueno, me gustaron varias cosas, pero esto no quería mencionar porque en el momento en el que yo estoy es que me va el pelo. Mis vocaciones llegaron pronto en mi vida, pero yo me di cuenta tarde. Es que... Tú sabes que yo me estoy buscando, ¿no? Sí. A mí es casi 50. Es que es como... O sea, que me sirves... Ya eres mi ídola. Esto está ahí, solo tengo que encontrarlo y ya está.
A veces es dejarnos llevar un poquito. Sí. La escritura, yo escribí siempre, pero nunca, nunca dije quiero ser escritora. Nunca. Yo quería ser actriz, no quería ser escritora. Pero estaba ahí. Tampoco dije nunca quiero ser profesora, pero yo jugaba muchísimo a que era la profe de la clase. Y siempre he tenido esa tendencia, cuando alguien necesita algo o veo que le está costando algo, enseguida voy y le digo, mira, hazlo de esta manera. O sea, es algo que siempre ha estado ahí. Pero nunca me lo planté como profesiones. O como esto es lo que realmente quiero en la vida entonces yo creo que esas cositas han ido llegando y han dicho mira me vas a hacer caso ya de una vez y ya ha sido cuando he dicho esto es lo que quiero hacer entonces ahora soy profe y ahora soy escritora
¿Crees que todo esto puede estar influido por las presiones culturales varias? Se pone de modo una profesión, entonces hay que aspirar por ahí, a lo mejor no te gusta, pero tendemos a buscar un camino que nos dé esa aceptación social sin reflexionar, que no, haz tu camino, porque al final es lo que te va a hacer feliz.
Yo creo que en España se da mucho más eso, es decir, somos un país que el tema laboral está complicado, sobre todo ya si pasas de los 30 a 40 y no veamos ya más allá. Tienes siempre esa presión social de, bueno, eso no es importante, tú céntrate en buscar un trabajo, no importa qué trabajo. Entonces, esas vocaciones que te podrían llevar a algún sitio, las vas dejando apartadas como hobbies, como algo que, bueno, ahora me apetece lo hago, pero si no, no lo hago. Y solamente cuando llega el momento adecuado que para cada persona será diferente, o cuando te juntas con gente que tiene esas mismas aficiones y tira un poquito de ti, es cuando te das cuenta y dices, oye, que yo esto lo quiero hacer más en serio, que a lo mejor puedo llegar a algo. Y es cuando empiezas a dar los pasos que tienes que dar.
En la sección escritoriana, en la Yo Escritora, te iba a preguntar cómo llega ese momento tuyo y si te había costado el decir soy escritora. Estás un poco ya respondiendo, estás ya hablándome de esto.
Sí. Creo que lo cuento en uno de los artículos. Yo tenía un amigo... Nunca me ha dado vergüenza enseñar las cosas que escribo, Y siempre, por supuesto, aceptando las críticas cuando tienen su razonamiento. Por eso enseñaba las cosas, para que alguien me fuera guiando un poco, aunque yo no sabía que era por eso. Entonces le enseñé uno de mis escritos y me dijo, pero esto es fantástico, esto es estupendo. Y yo pensé, sí, sí, me lo dices porque eres mi amigo y para quedar bien . Pero al día siguiente, exactamente al día siguiente, llegó a mi casa y me dijo, toma, tu usuario y tu contraseña. Ahora tienes un blog para escribir.
Porque me dijo, no puedes dejarlo. Yo he visto algo ahí que me gusta, tienes que seguir y no quiero que lo dejes. Y entonces empecé con un blog.
¡Qué buen amigo! Yo creo que él se daba cuenta de que tú siempre vas a pensar que te estoy diciendo esto, porque la forma de apoyar es decirte, mira qué bien. Y no, la forma de apoyar en su caso es, me ha gustado, toma medios, venga, anímate, porque si no te lo doy hecho, no lo vas a hacer.
Claro, no se limitó a decirme, ¿por qué no escribes un blog? No, ya lo hizo él. Él ya me dio de alta en el blog, ya puso todo. De hecho, mantengo la misma contraseña que él me dio. En el tema de la educación, fue una amiga a la que cuando en el sitio que ella trabajaba le dijeron, oye, ¿no conocerás a alguna profe con experiencia? Uy, sí, conozco. Uy, tiene una experiencia, además, muchísimo. Y ahí empecé a dar clases en los centros cívicos y cuando me veía delante de la clase decía, es que esto es lo que quiero hacer. Es que lo estoy disfrutando un montón. Y era gente mayor, que es lo que más he disfrutado. Y niños también.
Esto conecta con las novelas también, ¿no? Por ahí iba otra pregunta, pero es que ya me las robas.
No, está bien, está bien. Estás aquí para hablar. Si hablo yo, no tiene gracia. Escribes narrativa contemporánea, que también fue algo que te costó. No estaba muy claro lo de etiquetarte ahí. ¿Qué escribo?
Ya, lo de la narrativa contemporánea es complicado. Se le llama narrativa contemporánea a todo lo escrito, si no me equivoco, después de la Segunda Guerra Mundial. Porque a partir de ahí hay un cambio en la manera en la que la gente ve las cosas y en la manera en la que la gente se quiere expresar y todo empieza a partir de ahí como narrativa contemporánea y no tiene nada que ver con la anterior. Ahí incluyen todo tipo de géneros. Todo lo que se escribe a partir de ahí es narrativa contemporánea. ¿Qué es lo que ocurre? Que el resto de géneros tiene una etiqueta preciosa para cada uno. policiaca, fantasía, terror… Pero lo que no está incluido en todo eso se ha quedado con esa etiqueta de narrativa contemporánea como para distinguirlo un poco.
Sí, ya. Es el paraguas de la narrativa contemporánea que… Y, a la vez, pueden ser géneros muy diversos.
Claro, es muy difícil de etiquetar cuando quieres, además cuando estás rellenando un formulario que te exige que identifiques el género y no lo encuentras. Hay mucha gente que lo está empezando a llamar novela realista para distinguirlo de contemporánea por la época. Pues podría ser así, pero bueno. Hay mucha gente que dice, claro, es que lo mío tiene un poco de romance, y tiene misterio ya, pero la trama principal, el concepto general, eso es lo que tienes que etiquetar, y no siempre entra… Yo no escribo fantasía, o sea, yo sé lo que no escribo, pero a veces etiquetar lo que escribo es un poco complicado.
Y ahí tenías tu conflicto. Pero al cabo, en muchos géneros, y particularmente yo creo que en este tiempo, las clasificaciones a lo mejor necesitan en general una revisión. Tienes mucha mezcla también, no sé, hay de todo. Te puedes encontrar una fantasía con tintes de ciencia ficción por los ambientes, por cómo se trabajan ciertas cosas, por qué tiene una base científica detrás, aunque luego resulta que hay una magia que se sale de lo que es ciencia. El terror es que puede entrar en cualquier lado.
Psicológico, de fantasmas, de gore, un poco de todo. A mí me ha pasado, por ejemplo, con la primera novela, que es LGTB, pero no es romance. Yo no la puedo catalogar como una historia romántica, porque no lo es, aunque sí que hay su parte romántica, pero...
No es lo que lleva la trama, no es de lo que va la novela.
Exacto, y lo que no quiero es engañar. No quiero engañar a los lectores diciéndoles una novela romántica y que se lleven el chasco.
La novela va de... Llegar a cierta edad, en este caso los personajes son pensionistas ya, ya tienen sus sesenta y pico, y el personaje principal se queda viudo de su mujer, a la que ha amado y de la que estaba enamorado, y llega el momento, un año después de la muerte de ella, de plantearse quién es él realmente. La novela, la historia, es una búsqueda de un viejo amigo de la mili, con el que hay un secreto que es bastante evidente, creo yo, el secreto desde el principio.
Está ambientada en España, en el presente.
Porque en la mili... Claro, vale.
O sea, está a día de hoy... A día de hoy porque él está buscando a este amigo, sin darse cuenta de que realmente se está buscando a sí mismo, por mucho que niegue quién es él.
No, no, no. Y claro, hay flashbacks. hacia ese pasado de dictadura, de homofobia, más que la que hay hoy en día, porque antes incluso era ilegal. Entonces, es un camino de todo lo que esta gente mayor ha tenido que sufrir, todos los armarios en los que se han tenido que esconder, por los miedos a los que lleva toda esa intolerancia.
Yo sabía que había temas que nos interesaban aquí. Lo sabía. Bueno, lo sabía porque, a ver, nosotras también estamos en un grupo particular en común. No sé si coincidimos en alguno más. No, yo creo que es ese solo. Y por eso me parecía muy bien esta entrevista en particular sin saber. Porque no sé, porque no he leído, pero sí que sé. Sé cosas. Entonces, me interesaba y me interesa además ese tema. Ya lo sabes, esto puede que nos lleve a otros episodios. Está claro que tienes una debilidad por lo social. Lo social como humano, no tanto la cosa cultural en el sentido de, a lo mejor, artístico o la producción creativa, que también. Es que lo tienes todo. Estos temas que te preocupan, o que te importan, o algo que te interesa. Personas mayores, que por eso me gustaba. Personas LGBTI. Otros temas que salen por ahí, la represión franquista, cómo se trató a estas personas en ese momento. Es que no es lo mismo hablar de un romance adolescentes hoy. No tiene nada que ver esa historia con lo que tú estás contando, ni todo lo que tocas alrededor. ¿Cómo planteo yo esto? ¿Cómo cambia si es que hay algún cambio? Porque a lo mejor lo que hablábamos eso ha estado siempre ahí, pero yo no lo había visto. O sí, ya sabías que estos eran tus temas de interés. Y si no, pues en concreto estoy pensando en interesarte en la visión y las vivencias de las personas mayores en las novelas, en el cine, en la televisión. ¿Y cómo cambia en tu evolución como escritora tu manera de caracterizar a personajes o decidir, quiero personajes protagonistas que sean Personas de edad avanzada. No me valen niños, no me valen adolescentes, yo quiero trabajar esto. La decisión de meterlos o no meterlos es una reivindicación social en sí. Solo decidir sí o no. Y luego tú les das un protagonismo. No son personajes vacíos, no son personajes que
Sí, de hacer el tic, ala, ya tengo un personaje LGTB, tic, ya todo el mundo contento.
No. Los tuyos piensan, sienten, protagonizan, son la historia. ¿Cómo evoluciona eso en ti? ¿Has tenido siempre ese interés en personas mayores o vino después?
Pues no lo sé. A ver, me gustan las personas mayores porque son las que tienen muchísimo que contar. No estoy diciendo que las personas jóvenes no tengan nada que contar. Vale, que a veces la gente dice una cosa y ya quiere ir al opuesto. No. Todo el mundo puede tener una historia muy interesante para contar. ¿Qué es lo que ocurre? La gente mayor ha pasado por etapas que nosotros no hemos pasado. Entonces, la gente mayor son como un libro de historia. Sí. Si una persona joven me habla de la represión franquista, me vas a hablar de oídas y de lo que te hayan educado en tu casa o tu grupo de amigos. Pero las personas que lo han vivido son las que podrán tener parte en una u otra, pero me lo van a contar con otra serie de detalles que no me los vagan, no quiero que me los manipule nadie.
Es en primera persona tengan ellos la posición que tengan. Exacto. Es que incluso las interpretaciones, aunque sean equivocadas, son parte de esa historia. Explican el por qué esto o por qué lo otro.
Claro, entonces a mí alguien me dice, es que en la represión franquista pues los policías te cogían y te daban una paliza. Cierto, porque eso está documentado. Pero ahora me interesa hablar con el policía. ¿Por qué lo hacía? ¿Qué sentía cuando hacía eso? ¿Cuándo se acabó la represión franquista y las cosas cambiaron, cómo se sintió? ¿Ha vuelto a hablar de eso? ¿Se siente avergonzado? Entonces, quiero un poco todo a la historia.
Te has puesto en el bando que se sabe menos a nivel humano. Exacto. La historia está ahí y la cuenta quien la cuenta. Pero luego, a nivel humano, ¿qué pasa con todas estas personas y su descendencia?
Luego, con las personas mayores hay una cosa muy interesante. Esto viene por una conversación con una amiga. Hace muchísimos años, en Coruña, iban a tirar unos edificios viejos para hacerlos nuevos. Y en esos edificios viejos vivía gente ya muy mayor. Y esta amiga me dijo, ojo, es que fíjate, pues van a echar a este señor de ahí, pobre. Y le digo, pobre, ¿por qué? Y me dice, bueno, pues porque es mayor y pues a ver ahora qué hace. Y le digo, a lo mejor fue un cabrón en su juventud. A lo mejor resulta que se lo merece. Me di cuenta de los clichés que tenemos. Es decir, persona mayor, pobrecito. Pues a lo mejor esa persona mayor era uno de esos policías que se dedicaba a dar de hostias a todo el mundo. A lo mejor mató a su mujer o le pegaba a sus hijos o... No lo sé. Entonces, decir simplemente es mayor y ponerle ya una etiqueta con unas condiciones... No, yo necesito conocer a la persona. Con esto no estoy diciendo que me alegrase de que los echaran de la casa. No, no, no. Vale, entonces seguramente no lo merecían y son cosas que no están bien. Pero eso me llevó a explorar un poquito más esos clichés que nos creamos sobre personas que luego llevamos a la escritura también. Entonces, nos encontramos muchísimos personajes en la literatura. que ya con saber que es una persona de 80 años, ya mira qué mona, cuánta sabiduría tiene, si es adolescente es rebelde .
Además tienen que ser todas personas sabias, siempre. Ninguno es un metepatas que no se ha enterado de nada en toda su vida. Nadie. Todas las personas mayores son sabias. Tienen todo de su parte para haber reflexionado, para haberse encontrado en situaciones, etcétera, etcétera, y para ir aprendiendo, que al final eso es la vida, ir aprendiendo. Pues no sé, a lo mejor hay personas mayores que han pasado su vida sin observar, sin reflexionar y sin autocrítica ni de nada.
Claro. Imagínate un encargado de una fábrica que fuera feliz despidiendo a la gente y nunca se planteó el daño que hacía. Pues aunque tenga 80 años, si no aprendió todo el daño que hizo, pues no ha evolucionado. Entonces, ¿por qué en mi novela tengo que tratar a ese señor de 80 años como si fuera una bellísima persona y pobrecito? Por eso me gusta desarrollar personajes con un pasado, porque quiero ver si ha habido evolución, quiero ver cómo se sentían antes, cómo se pueden sentir ahora, cómo se siente la gente de alrededor. Entonces, yo voy mucho más a empatizar con ciertos personajes y ver cómo es sentirse de esa manera, para bien o para mal.
¿Tú sientes que estás reivindicando algo o simplemente siguiendo tus impulsos y tu intuición y, bueno, pues yo tengo una inquietud aquí, me interesa el tema y ya está?
En principio lo que me interesa es aprender. Entonces, por ejemplo, con los personajes de mi primera novela, que yo siempre digo, ni soy hombre, ni soy pensionista, ni soy gay. con lo cual no tienen absolutamente nada que ver conmigo, pero he aprendido muchísimo de ellos. Fue una manera de querer saber cómo se siente una persona que ha pasado por todo eso. Luego me fui dando cuenta de que en literatura, en realidad, no se habla mucho de eso. Todas las historias catalogadas como LGTB suelen ser personajes jóvenes, romances, cruising, aventuras, Y yo dije, ya, pero cada vez que se habla de personas mayores suele ser en literatura estadounidense para hablar de la época del SIDA y cómo se sintieron. Y después a mí me interesa saber, incluso hoy en día, cómo se siente una persona que está enamoradísima de su pareja, pero tiene miedo de ir de la mano con ella. Una persona que pierde a su pareja y ni siquiera tiene derecho a llorar por ella en público.
¿Cómo vives con esa privación? Porque es una privación vital.
Muy importante, porque yo voy por la calle y yo le doy la mano a mi marido. Es un acto que ni siquiera pienso en él, es un acto lógico para mí. Pero yo tengo amigas que dependiendo de las zonas o si están aquí en el Reino Unido o si están en España, pues a lo mejor se tienen que pensar si le dan la mano a su pareja. Me parece tan triste
Triste por la persona en sí, tener que pasar por esto, y triste socialmente. Porque es culpa de todas, es nuestra culpa.
Es bastante terrible. Por eso en la novela digo que la intolerancia lleva al miedo, y el miedo te lleva a tomar decisiones que arruinan toda tu vida. Porque toda esta gente, muchísima gente, y en Latinoamérica todavía sigue sucediendo muchísimo, y en Estados Unidos. Es gente que se mete en sus armarios porque es un armario dentro de otro armario dentro de otro armario. Hombres gays casados con mujeres que no pueden vivir ellos mismos su propia vida. Tener que ocultarte porque el miedo te lleva hasta esos extremos creo que es algo que se debería enseñar en los institutos. Es decir, por favor, sed tolerantes porque es que no es te llamo, perdón, maricón de mierda y ya está. Es que no acaba ahí. Para ti ha sido un segundo decirlo, pero para esa otra persona es otro granito más de miedo. Que según se lo va diciendo a más gente, más gente va a tomar o la decisión de decir, a mí me da igual lo que digas, o se va a esconder. Y es muy triste tener que esconderse y no vivir tu vida, porque es que solo tienes una. Entonces es muy triste.
Estamos hablando de Volver a E ntender, que no hemos dicho ni título ni nada aquí. Ah, perdón. sí, volver a entender. Tiene título, está publicada, vamos a compartir un enlacito en la entradilla del podcast para que puedan acceder, si quieren darte apoyo para que sigas escribiendo, pues eso. Porque tú además eres autopublicada y esto nos lleva a otro episodio más, que es otra forma también de reivindicar nuevos caminos y nuevas formas de hacer las cosas y evitar procesos intermedios que a lo mejor no son ideales. Las editoriales y el mercado, bueno, hay también… Hay temas, hay temas. Hay muchos temas. Pero estamos hablando ahora de ti como autora de estas dos novelas en concreto, donde aparecen personas mayores. Volver a entender una de ellas. La otra es En un jardín sin miedo. Y esta, ¿qué nos puedes contar de ella? ¿De qué va?
En esta los personajes cambian muchísimo porque en esta son principalmente mujeres. Algunas rondan la treintena. La protagonista es así más joven. Pero tengo también la suegra de la protagonista y el suegro, que son abuelos o van a ser abuelos cuando empieza la novela. Y aparece también Rosalía, que es una mujer de unos 80, 82 años, también con toda una historia detrás, que también merece ser, aunque sea contada más brevemente, pero que influye en ciertas cosas para las decisiones de la protagonista.
Suena muy interesante y muy acorde también con este espacio. Todas mujeres, sí. Las etapas de nuestra vida que se nos niegan, que se esconden. Temas como, no, es que esta actriz no puede hacer este papel porque está muy mayor, pero si el personaje es aún más mayor, o sea, ¿qué le está contando? Hay mucha tela que cortar ahí. Los títulos de tus novelas son autoexplicativos pero velados a la vez, ¿no? O sea, volver a entender, una vez que me explicas de qué va la historia, coño, es que tiene todo el sentido, pero sin saber nada, volver a entender qué es esto. ¿Cómo decides los títulos?
Me cuesta muchísimo. Es difícil. tuve varias opciones para volver a entender y ninguna me acababa de convencer. Y luego me di cuenta, mientras me documentaba, vi un documental donde gente LGTB mayor hablaba con gente joven y entonces comparaban cómo es la vida. Creo que está en RTVE, es uno de esos documentales que están ahí. Entonces el hombre este le dijo que teníamos que usar códigos y uno de ellos es, pues eso, tú entiendes, yo entiendo. Y el chico joven no sabía nada, me llamó la atención porque yo de niña, sin estar en el mundo, sabía lo que significaba entender. Pero este chico joven de ahora no lo sabía, lo cual es una suerte enorme porque eso significa que ya no necesitan códigos. Hablo de España. Vamos a dejar otros países que todavía están las cosas complicadas. Pero bueno, era una suerte que a este chico le...
Está bien que no lo sepas. No lo sepas ni lo aprendas. Claro.
Así está bien. Si no necesitas códigos, es un avance que hemos tenido. Entonces, yo hace poquito que he aprendido que las lesbianas también tenían su manera de entenderse y sus propios códigos. Pero bueno, como yo en ese momento estaba escribiendo sobre hombres, pues sobre hombres quedó la cosa.
pero hombres es volver a entender. Pero en esta otra novela, en un jardín sin miedo, que es de mujeres, ¿hay lesbianas también o no?
No lo puedo decir. Prefiero que el tema... A ver, no es algo súper relevante, pero sí que hay alguna escena que sí que habla un poquito, muy brevemente, de lo que significa. También hoy en día.
Lo tocas, pero desvela cosas. Lo dejamos ahí. Sí, nada.
Es más que nada porque lo que me gusta hacer muchas veces es llevar al lector por esos clichés de toda la vida, que espera que el personaje va a ser de una manera, va a ser de otra, y de repente decirle, fíjate, pues va a ser así. Sorpresa.
Tú has pensado lo que te da la gana. Nadie te ha dicho ni una cosa ni la otra. Yo hice una cosa así hace años con una señora mayor. Bueno, el caso es que es negra. Y no lo menciono a propósito. Es que has descrito mal, porque yo tengo que saber. No, no, no. Y efectivamente, cuando se desvela la negrez, más adelante en la historia, las lectoras me dicen, es que yo me la imaginaba blanca. Pues eso justo es lo que busco, y bueno, lo busco para incitarte a reflexionar, porque no podía ser de cualquier otro color.
Pero es que vamos a lo de siempre. Yo te digo que te cuento la vida de un personaje. ¿Importa su raza? ¿Importa su edad? Pues a lo mejor no, y no te lo digo. Y si te lo digo es porque es relevante para esa escena y tiene algo. O sea, no simplemente por decir lo que hemos dicho antes. Voy a marcar el tick. Y ya está. La cajita de personaje negro, personaje gay... No, no, no. O sea, el personaje es como esto. Imagínatelo como tú quieras, que para eso eres lector. Pero después, si es importante en algún momento, durante los diálogos o lo que sea, va a salir algo con lo que no contabas y que te hace ampliar la mente. Es que el escritor tiene que escribir sobre estos personajes. Es que a lo mejor yo lo he hecho, pero no tengo por qué decirlo. A lo mejor en mi cabeza el personaje era negro, pero si no es relevante para la historia, yo no te lo voy a decir.
Yo creo que, efectivamente, si hay un requisito del contexto, pues lo tienes que aclarar. Pero que hay varios contextos, ¿no? Por lo que mencionas, si lo requiere la escena, pues te lo digo, si no, no. Pero también depende de lo que tú estés buscando como escritora o incluso, a lo mejor, no es relevante en esta misma escena, pero tiene relevancia para contextualizar en el mundo por una cuestión de ambientación, el estrato social de los personajes. Yo, por ejemplo, este personaje en la escena en sí, no tenía realmente importancia, pero sí que se presentaba la situación para generar ese choque en las lectoras blancas. Tú descubres que es negra porque otro personaje, bueno, no me acuerdo qué era exactamente, le dice pues en tu tierra está pasando esto y ella sabe a qué se refiere y le responde no todas las negras somos vanga. Vanga es un grupo étnico, son negras, pero es que hay otros grupos étnicos negros.
pero además es decirlo de una manera como de pasada, como te acabo de decir que es negra pero no le voy a dar más importancia, no todas las negras somos así, y sigues la historia.
Sí, eso es justo lo que pasaba, en una sola frase... Y ya está, sí, sí. Si no, es la leccióncita, pero bueno, que nos queda poco tiempo, que lo tenemos limitado. Esto es lo que pasa cuando te quedas con la versión gratuita del servicio. Y una pregunta más, que esta me gusta. ¿En qué estás trabajando ahora?
Pues mira, ahora estoy trabajando en una historia familiar. Me interesa mucho la vida de mi familia por parte de madre, que son la mayoría mujeres. Son cuatro hermanas y cada una de ellas ha tenido su vida un poco por independiente y cada una muestra un concepto diferente de ser mujer en los años 50, 60, 70 y de ahí en adelante. Entonces me interesa mucho, estoy hablando con la familia, tengo que hablar con más miembros de la familia porque dos de mis tías murieron, entonces necesito sus puntos de vista. Y está, por ejemplo, mi madre, que emigró a Alemania por los motivos que ella emigró, que eso lo cuento desde el principio en la novela. Pero está su hermana, que es la que quedó siempre como ama de casa. Están las otras dos hermanas, que también cada una ha llevado la vida de una manera diferente. Sí era la misma época, sí eran mujeres, pero cada una tenía sus inquietudes. Unas siguieron el rol que se esperaba de ellas, otras lo han seguido menos. las enseñanzas de algunas de ellas. Y es un poco conocer, mis primas y yo estamos descubriendo cosas que no sabíamos que decíamos. O sea, que a lo mejor me interesa tanto el tema de malos tratos que trato en mi segunda novela, porque esto ya me viene de familia y yo no lo sabía. Por eso me esfuerzo en Inglaterra en reivindicar la independencia de la mujer, Y continuamente les digo, ¿para qué coges el apellido de tu marido? No eres una posesión que aquí todavía funciona de esa manera. Entonces, a veces cuando conoces la historia de tu familia, empiezas a comprender muchas cosas también de ti misma.
Esto aquí ya lo hemos trabajado. Yo sé que has escuchado algún episodio, pero si no los has escuchado, ahí hay unos episodios que bueno, a lo mejor también te salen lectoras beta. Puede ser, ¿eh? No lo sé, no voy a comprometer.
Todavía estoy empezando. Yo no hago escaletas ni nada de eso. ¿Eres brújula? No exactamente. Voy directamente al borrador cero porque necesito sacar todo lo que voy viendo en la cabeza. El borrador cero es como mi planificador y a partir de ahí…
Es la escaleta, sí, claro.
Pero sin ser una escaleta, propiamente dicha, yo me lanzo a escribir…
Sí, o sea, no necesitas tenerlo todo súper planificado.
Sí. De todas formas, antes de ponerme a escribir, ya le he dado muchas vueltas en mi cabeza. Ya sé más o menos quién quiero que sea la protagonista, cómo voy a enlazar esto con esto, hacia dónde quiero ir, entonces es brújula pero no.
Sí, que yo creo que eso lo hacemos todos a la hora de escribir una novela. El relato suéltalo y ya está, pero una novela hay que pensarlo un poco.
Me parece mucho más difícil escribir un buen relato que escribir una novela. En la novela tienes espacio para explicar las cosas y para mostrar y para sacarlas de aquí y de allá, pero en el relato tienes que empezar y acabar con sentido y meter toda la información sin tener que dar explicaciones o las mínimas.
La ventaja que yo le veo al relato es que, precisamente porque tienes poco espacio, tienes que condensar y no te puedes ir por los cerro de Úbeda. La novela, como tienes espacio, empiezas a meter cosas. Ah, pues ahora voy a hablar de este personaje. Ah, pues mira, puedo incluir esto. Entonces, también, haber escrito relatos primero, siempre digo que es muy importante porque una novela está compuesta de capítulos que está compuesta de escenas. Cada escena es un relato. Entonces, si sabes escribir relatos, vas a saber escribir esa escena centrándote y relato tras relato vas haciendo la novela. La diferencia es que esos relatos tienen el denominador común. Puede ser una escena de mil palabras, de doscientas, de lo que tú quieras, pero aprendes mucho más cuando escribes relato a buscar la palabra precisa. En las revisiones te paras más y dices, es que aquí he puesto tres palabras y a lo mejor con una, que lo define bien, me llega A mí lo que he tenido que aprender al pasar a novela han sido los diálogos, porque es algo que yo en relato no escribía. Y las descripciones, porque no había mucho sitio para las descripciones. Y ahora lo disfruto muchísimo más con la novela. Pero sigo yendo al relato y sigo quedándome ahí también.
Yo creo que ese es el camino. Del relato a la novela vas bien, de la novela al relato... Unas sí, otras no. Isabel, que llevamos aquí casi una hora.
Sí, verdad. Cuando te preguntan sobre cosas que te gustan...
Isabel Vega López, gracias por tu tiempo, por compartirte en este espacio.
Y nos quedamos aquí. Si tienes curiosidad, visita la web de Isabel, la dejo en la entradilla del episodio. Y para quienes utilizáis aplicaciones que ya procesan los metadatos de Podcasting 2.0, El enlace estará también donde quiera que os lo muestre la aplicación, en la imagen de Isa o en su perfil, lo que sea. Este ha sido el episodio 34 de Navegando Cultura, una extensión del homenaje a mis ab us en el episodio anterior. y todavía en la línea del 1 de octubre, Día Internacional de las Personas de Edad. En este episodio reivindicamos visibilidad, y lo hacemos desde lo literario, porque lo literario es algo que le gusta mucho a la que habla. Soy Marta Vidal y he estado hablando con Isabel Vega López, educadora especialista en infancias autistas, abuela, motera, y escritora autopublicada, todo esto entre otras cosas. Sus títulos, muy interesantes y con personas de edad, son Volver a entender, una novela con protagonistas varones y LGBT, Y En un jardín sin miedo, una novela plagada de mujeres. Dejo enlaces para que os sea fácil acceder a la tienda de Amazon, que es donde están. Y por qué no, si los lees, me mandas un audio con tus impresiones y lo comentamos con Isabel. Recuerda, el 1 de octubre, súmate, reflexiona, la vida de una mujer no se acaba a los 30 o a los 40, ni a los 70, ni a los 80. Si te gusta Navegando Cultura, habla del podcast a tus familiares y amigas. Nos ayudas compartiendo el episodio y comentándolo en las redes y en tu plataforma de podcast. Tu opinión es muy valiosa, házmela llegar por el medio que más te guste. Encuéntrate e interacciona con otras escuchantes y colaboradoras en t.me barra navegando cultura. ...espero que lo hayas encontrado interesante... ...y que siempre hables de lo que te dé la gana".